ARENZANA DE ARRIBA

Arenzana de Arriba es una pequeña localidad de la comarca de Nájera, en la Rioja Alta. Se encuentra a 6 km de la ciudad de Nájera y a 30 km de Logroño. Su población es de solo 30 habitantes.

Arenzana de Arriba es un pueblo ubicado en la margen derecha del río Yuso. Como indica su nombre, se encuentra aguas más arriba de Arenzana de Abajo, distando 3 km entre ambos municipios. Arenzana de Arriba es una aldea rural, en la fértil vega que alimentan los ríos Yuso, Yalde y Najerilla, así como numerosos arroyos y barrancos, y en cuyo agro dominan los viñedos y los trigales, así como sus campos de patata.

HISTORIA

Como suele pasar en toda la comarca, los indicios de poblamiento se remontan a épocas muy antiguas. En Arenzana de Arriba, en concreto, los restos arqueológicos sitúan una ocupación sistemática desde los tiempos de Roma. La evidencia la ofrecen tres hornos de alfarería romanos que se encuentran entre los más antiguos de España. Uno de ellos, el III, aportó numerosas piezas valiosas, pudiendo reconocer gracias a ellas dos tipos de alfareros: los que se encargaban de fabricar los moldes y los que modelaban los recipientes. Tras su estudio, el yacimiento volvió a ser enterrado. No se sabe con exactitud cuándo comienzan las referencias documentadas de la villa, ya que en su primera mención, citada en el Fuero de Nájera (siglo XI), solo se menciona “Arenzana”, sin poder especificar si es Arenzana de Arriba o, por el contrario, es la de Abajo. Sí hay constancia, sin embargo, de que en ese tiempo fue villa real, aunque no mucho después fue donado al monasterio de Santa María la Real de Nájera, institución que luego compartiría las tierras de Arenzana de Arriba junto con los monasterios de San Millán de la Cogolla. Hasta 1833, cuando se creó la provincia de Logroño, perteneció a la provincia de Burgos.

FESTEJOS POPULARES

• Fiestas patronales en honor a San Ramiro: se celebran el 2 de septiembre. A los actos religiosos, caracterizados por la romería y las procesiones, le sigue una degustación de chocolate y zurracapote.

ACTIVIDADES

El pequeño casco histórico de Arenzana de Arriba no ha variado mucho en los últimos años. Sigue siendo un pueblo eminentemente agrícola, de casas bajas que siguen conservando su aire rural. Pero entre todas ellas destacan todavía algunas blasonadas, que muestran los escudos de armas de las linajudas familias que las moraron, y que se remontan hasta el siglo XVII. No obstante, el monumento del pueblo es la iglesia parroquial de la Asunción (siglo XVI). La iglesia, construida en sillar, atesora en su interior las reliquias de San Ramiro, patrón del pueblo, y un Niño con la Bola, una pintoresca talla barroca en la que el niño Jesús aparece portando el orbe del mundo.

Arenzana de Abajo se encuentra en el piedemonte de las últimas estribaciones de la Demanda, entre los cauces del Najerilla y del Yalde. Debido a las condiciones de su terreno, el senderismo o el cicloturismo compiten con los desplazamientos en coche para conocer la comarca de Nájera. Perfilada por los picos de la sierra de la Demanda y el cercano Camero Nuevo, podemos encontrar allí la exuberante naturaleza de sus montañas y, ya en el valle, las frescas riberas del Najerilla o los extensos campos labrados. Entre las cercanas localidades de Azofra y Hormilla se encuentra además el Jardín Botánico de La Rioja.

No obstante, lo más destacado de esta región sin duda es la armonía entre historia y naturaleza. Nos referimos a la ruta de los monasterios, que recorre el rico patrimonio monumental de la histórica ciudad de Nájera, de San Millán de la Cogolla y de Santo Domingo de la Calzada. Hablamos así del sendero cenobial más impresionante de España, con templos declarados Patrimonio de la Humanidad. Este circuito recoge también otros monasterios igualmente valiosos aunque menos famosos: los templos de la antigua villa romana de Tricio (el más antiguo de toda La Rioja), de Cañas, de Casalarreina o de Anguiano, localidad que destaca también por su increíble entorno natural.

GASTRONOMÍA

Arenzana de Arriba destaca por sus cultivos propios, entre los que sobresale la vid y la patata. Por eso, los buenos caldos y las patatas a la riojana nunca faltan en la villa. También es muy tradicional el zurracapote y las chuletas al sarmiento, las cuales se hacen a la brasa sobre ramas de vid y, en ocasiones, se rematan con un chorrito de tinto justo cuando se sacan del fuego.